sábado, 15 de octubre de 2011

Días de lluvia.

La luna fue testigo,
de una locura tan grande
que este ser había sentido.

En días que fueron difíciles,
indescriptibles.
Recordando a los pasajes
de días de lluvia;
la melancolía siempre
nos cobraba su compañía.
Vaya si no.

Entre la calle de la cuesta de San Nicolás,
en el parque Central
y en el Calvario,
nuestros pasos marcaban historias,
que solo tenían un destino singular.

La lluvia miraba nuestras penas,
cada gota veía nuestro paradero.
El frio jamás nos dejo de acompañar;
por palabras para ella, ya no hay desvelo.

Sam, todavía sigue con su camino,
marcando historias.
Termine la mía y mi cáncer maligno,
nada mas le sigo acompañando,
dejando las huellas en las mismas veredas
en días de lluvia.

Repitiendo nuevamente
la misma historia.
Por si no lo sabias…

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